lunes, 17 de junio de 2013

Comprando el jamón ibérico


Cuando te encuentras en casa y de repente te das cuenta que el jamón ibérico falta en el hogar, es necesario que vayas a la tienda más cercana de tu confianza para que puedas escoger la marca que te gusta. El camino no es tan difícil como parece porque en la inmensa cantidad de productos que existen, seguramente ya sabes cuál es la que más disfrutas. Pero si quieres probar otra marca, recuerda que antes de escoger el producto es necesario que leas detenidamente la etiqueta para que puedas saber las propiedades que te ofrece y no termines por comprar el jamón incorrecto.

El empaque de jamón ibérico que tiene una etiqueta roja demuestra que es del cerdo alimentado con bellotas, alimento que sin duda demuestra la calidad del jamón ibérico. Si la etiqueta es de un color verde, se debe a que el cerdo fue alimentado con cebo, pero si es amarillo significa que es un cerdo de granja. El peso óptimo de un buen jamón es de entre 6 y 7 kilos. La pierna tiene un hueso grande y menos carne, pero es más sabrosa. El jamón no debe cocinarse en exceso, ya que termina por perder sus propiedades principales. Después de comprar el jamón que escogiste es necesario que al momento de abrirlo, debes de consumirlo lo más pronto posible para poder disfrutar de su sabor.

 Al abrirlo es necesario comenzar  a cortar en finas rebanadas el jamón para poder disfrutarlo solo o en rebanadas de pan, acompañado de un buen vino tinto. Cuando quedan pocas lonjas de jamón se recomienda que se corte en tacos. Una de las ventajas o beneficios que ofrece este tipo de alimento es que ayuda a la circulación de la sangre, lo cual termina por ser un previsor de enfermedades cardiovasculares.

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