Cuando
te encuentras en casa y de repente te das cuenta que el jamón ibérico falta en
el hogar, es necesario que vayas a la tienda más cercana de tu confianza para
que puedas escoger la marca que te gusta. El camino no es tan difícil como
parece porque en la inmensa cantidad de productos que existen, seguramente ya
sabes cuál es la que más disfrutas. Pero si quieres probar otra marca, recuerda
que antes de escoger el producto es necesario que leas detenidamente la
etiqueta para que puedas saber las propiedades que te ofrece y no termines por
comprar el jamón incorrecto.
El
empaque de jamón ibérico que tiene una etiqueta roja demuestra que es del cerdo
alimentado con bellotas, alimento que sin duda demuestra la calidad del jamón ibérico.
Si la etiqueta es de un color verde, se debe a que el cerdo fue alimentado con
cebo, pero si es amarillo significa que es un cerdo de granja. El peso óptimo
de un buen jamón es de entre 6 y 7 kilos. La pierna tiene un hueso grande y
menos carne, pero es más sabrosa. El jamón no debe cocinarse en exceso, ya que
termina por perder sus propiedades principales. Después de comprar el jamón que
escogiste es necesario que al momento de abrirlo, debes de consumirlo lo más
pronto posible para poder disfrutar de su sabor.
Al abrirlo es necesario comenzar a cortar en finas rebanadas el jamón para
poder disfrutarlo solo o en rebanadas de pan, acompañado de un buen vino tinto.
Cuando quedan pocas lonjas de jamón se recomienda que se corte en tacos. Una de
las ventajas o beneficios que ofrece este tipo de alimento es que ayuda a la
circulación de la sangre, lo cual termina por ser un previsor de enfermedades
cardiovasculares.
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