lunes, 3 de junio de 2013

Cuidado al catar


Cuando comienzas con la práctica de catar vinos, es común que se haga una costumbre el oler, mirar y probar cada botella de vino que se te ponga enfrente. Algo que sin duda no tiene nada malo porque es una práctica que incluso esta vista como una manera de ver a la persona como un conocedor de los vinos. Si se visita un restaurante es común que las personas pidan su botella y comiencen con el cateo de la misma. Algo que está permitido ya que los meseros pueden apreciar el buen gusto del comensal al pedir la botella.

En las catas de vinos es obvio que se lleva a cabo esta práctica, incluso se nota cuando alguien está ansioso en su primera cata comparado con la persona que ya lleva un largo tiempo realizando este arte.  El catador de vinos pude darse el lujo de estar probando y oliendo el vino cuantas veces quiera, siempre y cuando no termine por realizar esta práctica para cualquier tipo de bebida. Cuando esto se hace por ejemplo, con algún refresco o alguna bebida de sabor. Sin duda la  persona que lo está realizado terminará por verse hasta ridículo.

Degustar el vino es un placer. Si se está tomando un vino de mala calidad, la ignorancia de la persona que lo hace realmente no importa. Pero cuando se escoge un vino que se quiere porque ya sabes que es un vino de excelente calidad, sin duda será una dicha. Para poder lograrlo, solo la práctica y el ejercicio para acostumbrar a la lengua y a la nariz ayudará a que se tenga un buen indicio acerca de la cata de vinos. Solo el vino, sin importar su color se debe de catar, pero no cualquier líquido que uno se lleva a la boca.

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