Uno
de los pasos más importante en el proceso del vino es el oxígeno, el cual forma
parte importante junto con otras partes del proceso como la uva, la
fermentación y el añejamiento del vino. La oxigenación del vino da lugar a una pérdida
de estos compuestos. Además la capacidad de los vinos para consumir el oxígeno,
está relacionado con el contenido de los polifenoles. Los cuales son los grupos
de sustancias químicas encontradas en las plantas que tienen fenol. Gracias a
la oxigenación de los vinos, se puede llevar a cabo el proceso del pardeamiento
u oscurecimiento del vino blanco.
El
ácido ascórbico y algunos metales de transición que están en cantidades muy
pequeños, no justifican el consumo del oxígeno. El oxígeno es soluble tanto en
el mosto como en el vino, ya que rodea las cubas o las barricas en donde se
deposita el vino para su fermentación. El correcto uso del oxígeno y las
reacciones de oxidación son parte de los principales retos que los enólogos
deben afrontar durante la producción y el envejecimiento de los vinos. Es el
delicado equilibrio entre un vino de calidad y el vinagre que puede haber.
Cuando
el vino tinto es expuesto a concentraciones moderadas de oxígeno, se han
reportado beneficios como la estabilización del color, y la reducción de la
astringencia y el amargor. Pero cuando las exposiciones al oxígeno son sustanciales,
o suceden sin la protección de sustancias inhibidores de las oxidaciones, el
vino sufre cambios organolépticos más significativos que pueden perjudicar su
calidad final.
Diversas investigaciones han determinado que el oxígeno es
requerido por las levaduras para mejorar la formación de biomasa y esteroles de
membrana necesarios para proveer una adecuada tolerancia al etanol. Sin duda,
el oxígeno es un importante químico para la elaboración de vino.
Me encanta este mundo del vino, gracias por este articulo sobre el oxigeno en el vino..
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