Beber
vino es la forma perfecta para acompañar la comida, la cena o algún aperitivo
cuando se tiene el antojo. Es una bebida que tiene los suficientes elementos
para que el ser humano pueda tener no solo al acompañante para la mesa sino
para ayudar al cuerpo con la salud.
Estudios demuestran que los adultos que beben pequeñas cantidades de
vino, tienen menos probabilidades de sufrir problemas cardiovasculares, en
comparación hacia aquellos que no beben nada de vino. Existen cuatro
consecuencias principales que ayudan al cuerpo a sentirse mejor al beber
alcohol.
Una
de ellas es que ayuda a que aumente la actividad de antioxidantes, los cuales
el vino tiene y se hacen llamar flavonoides. La siguiente característica es que
aumenta la cantidad de colesterol HDL, el cual es el llamado colesterol bueno.
Reduce la inflamación y por lo mismo también sirve para que se disminuya la
probabilidad de formación de coágulos, al momento de producir una acción
anticoagulante. Esto tiene como consecuencia que el sistema circulatorio tenga
una mejor circulación de la sangre. Cuando se acompaña con la comida, ayuda a
la digestión de las proteínas que se encuentran en la carne y los quesos.
No
es visto como una característica más que ayuda a la salud pero en algunas
personas puede servir para relajarse antes de dormir. Sin duda esto es una
buena forma de evitar el insomnio si es que hay ocasiones en que se padece. El
vino tiene muchas propiedades benéficas para la salud, depende de la persona
para que el consumo no afecte el nivel de vida al caer en el exceso de la
misma. Por eso es recomendable que si se comienza a beber dos copas al día, lo
mejor es dejarlo por un tiempo para no tener adicción.
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